domingo, 30 de noviembre de 2008

El nombre del blog

Como el Guadiana, que aparece y desaparece.
La verdad es que no llevaba la idea de crear un blog. ¿Qué podría poner?: ¿un diario?, ¿reflexiones personales?, ¿fotos? ¿historias?... y ¿quiero que lo vea la gente? Para bien o para mal, soy una persona bastante celosa de su intimidad y no iba a desnudarme a estas alturas en un blog. Por otra parte, la imaginación, la prosa o la poesía no es lo mío. Para colmo, tampoco es que sea un experto en la informática. Así que llevaba todos los números para no crear un blog... pero cosas de la vida, aquí estoy.
Alguna vez había pensado en crearlo pero todo lo anterior y la pereza ganaban la batalla. Esta vez, aparte de ver algún blog que otro, quizás el empujón me lo ha dado el abrir un sobre de un cajón y ver alguna carta y fotografía y decirme: de esto escribiría.
Así que me puse en marcha y me encontré con que tenía que poner un título, y después de pensar un poco escribí lo de Como el Guadiana porque tendrá días de entradas y luego tal vez muchos días de sequía, nace, más que como un río, como un pequeño torrente provocado por el deshielo primaveral y que pronto dejará de manar. Nace también sin más pretensiones que escribir de vez en cuando alguna cosilla, alguna reflexión o poner algún chiste sin periodicidad alguna. El nombre también tiene algo que ver con que hace poco estuve por tierras extremeñas y el Guadiana riega parte de esos lares.
Espero que llegue a publicar algo más que esta explicación del título, pero al menos he creado ya mi blog.