lunes, 1 de diciembre de 2008

¡¡¡ Presente !!!

El otro día, en un cajón (que por cierto debería ordenar), encontré un sobre que ponía 'Mili'. Me pudo la curiosidad por ver qué había metido allí y lo abrí. Entre los papeles, varias veces doblados, estaba el 'pasaporte' en el que figura 'se ruega a las autoridades de su tránsito que no lo pongan impedimento alguno en su viaje, antes bien le faciliten los auxilios que pueda necesitar'. Qué frasecita, hoy parece un poco fuera de lugar. Poco camino tenía que recorrer: coger el que se haría famoso 29 de Tuzsa en el Mercado Central, hasta la Academia General Militar.

También estaba la hoja en la que a las 11.55 horas pasaba de ser civil a militar y por eso me dejaban con tan poco pelo que cuando llegué a casa, antes de preguntarme nada, se rieron. Luego cambiarían las tornas (ser furri decente ayudaba), y me lo cortarían a tijera y sin prisas. Buen peluqero el de Albacete.

Junto a ella, la famosa, esperada y popularmente conocida como 'la blanca', en la que terminaba el servicio militar y pasaba a la reserva durante tres años: 'ya estamos lilis que nos vamos de la mili' que se cantaba con el ritmo de los hermanos Carmona en la canción 'No estamos locos'.

Más papeles: cartillas de vacunación, tarjeta de autorización para aparcar el coche, un decálogo de seguridad con las armas, la letra de 'Cuando la pena nos alcanza (que cuando la cantábamos nos tenían que oír en la plaza del Pilar), las direcciones de 'los wissas chungos 96-2º de la Cía. Destinos', una carta del coronel jefe agradeciendo los servicios y comunicando que me reintegraba al hogra, y un curioso 'Manual del soldado', en el que aparte de bienvenidas y consejos varios, llama la atención la sección 'de copas' en la que por ejemplo decía 'León XIII: zona in, buena música, niñas monas, tarde-noche', y un mapa de Zaragoza.

Porque mucha gente no era de aquí.

Y precisamente de gente que no era de aquí es de lo que quería escribir. Varios sobres con remite del Levante: Murcia y Valencia. Cartas de dos compañeros de la dependencia en que estaba y de distintos reemplazos.

La primera reacción al verlas fue una sonrisa, de vagos recuerdos, de caras... No son los 'episodios nacionales' ni dicen nada extraordinario, simplemente anécdotas pasadas, cómo les iba la vida en el cuartel con nuestro amigo el sargento primero; que si uno se había echado novia formal pero que si veía a una amigueta 'tetuda' del Rollo le diera recuerdos; cómo habían retomado la vida civil, volviendo al estudio para sacarse alguna asignatura de la carrera, encontrando trabajo en un matadero de pollos para cambiarse el Opel Kadett hasta que encontrara un puesto de lo suyo, administrativo; cómo había pasado las Fallas tocando en una Banda, que estaba invitado a las próximas...

También había un par de felicitaciones de Navidad con los típicos buenos deseos y, en una de ellas, en las que me decía que había llegado a ser un buen amigo con un corazón como el mundo. Imagino que exageraría, pero para qué voy a mentir, con eso y con lo que había leído antes, me emocioné.

Por supuesto yo contesté a las cartas, envié felicitaciones navideñas, pero como tantas otras cosas el tiempo va haciendo de las suyas, y por pereza y porque cada uno va haciendo su vida y va renunciando, queriendo o sin querer, a amistades, posibilidades ... la relación se perdió y no hubo unas Fallas con él, ni fui a Murcia. Por eso digo ahora gritando:

Nazario: ¡¡¡ PRESENTE !!!

Felipe: ¡¡¡ PRESENTE !!!

Espero que estéis de puta madre y hayáis encontrado a alguien especial o no, pero que seáis felices.

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