lunes, 5 de enero de 2009

Se alquila...

Hace unos días salía publicado un anuncio en segundamano.es: 'pareja busca habitación para encuentros esporádicos'. Sí, ciertamente, llama la atención pero tiene su gracia.
Si pasas a la sección de pisos, tienes un montón de ellos para elegir, porque con la que está cayendo no se vende una casa ni regalada.
Parece que no tienen nada que ver, pero sí, me explico. Hoy por hoy, los pisos no tienen salida y hay mucha gente que ha comprado alguno por inversión y ahora no lo puede vender y sólo le supone gastos (hipoteca, luz, comunidad, ...) y por otra parte hay gente que necesita espacio para sus cosas. Ahí está ,la oferta y la demanda: alquilar habitaciones por horas.
Legalmente habría que preguntarse si es una actividad económica, si pagar IAE, ... y sobre todo ¿se podrá uno seguir deduciéndose la hipoteca en la renta? Seguramente no. Lo mejor sería ponerte un nombre chino y al negocio oye, por lo que dicen, sin impuestos y ni festivos ni leches, a abrir cuando a uno le de la gana y una sonrisa cuando se vaya el cliente, que en este caso seguramente será correspondida. Además, señor Solbes, no se preocupe y no vaya saqueándonos, que cuando se pone el parche parece un pirata (un pirata muy aburrido), que todo es por mover la economía y fomentar el amor.
Habría distintos tipos de negocio, dependiendo de la vivienda. No es lo mismo un piso en el centro, un apartamento en la playa o montaña, ... que una solución habitacional de esas de 20 metros cuadrados.
También hay que distinguir entre la posible clientela. Por ejemplo los jóvenes.
Para ellos se pueden aprovechar los pisos que en general la gente no le gusta por el ruido, que hay muchos bares y cierran tarde, ... Esos son los mejores sitios: en el Casco, en el Rollo, ... y si tiene un pub debajo que cierra a las tantas mejor. Con eso ganamos cercanía física con el cliente. No le supone ningún esfuerzo desplazarse y, de paso, contribuimos a evitar accidentes, ya que no tienen que coger el coche (todo un alivio por el alcohol y lo que lleven dentro del cuerpo).
La inversión en este caso tampoco será alta: los muebles más baratos del IKEA o Tuco y una máquina expendedora de preservativos, que algo nos llevaremos de comisión. El cliente va a lo que va y punto.

Quizás habría algún problema de orden moral: ¿Se pide el carné para poder usar las instalaciones? Porque ahora la juventud va muy rápido y parece que nacen ya enseñados. Habría que pensarlo, ¡podrían ser tus hijos! ¡o tu hermana!

Por fuera se montarían unas luces rojas de neón: habitaciones por horas, económicas. No, eso queda muy cutre, mejor en inglés, que los chicos saben muchos idiomas: LOVE ROOMS RENTING, y así de paso si entra algún guiri perdido de la Expo a dejarnos divisas mejor que mejor. Hablando de Expo, ¿sucedió de verdad o fue un sueño? ¿Esperas de cuatro horas para ver unos dibujos animados, unos tíos mojándose,...? no puede ser... aunque sí, porque los Reyes Magos han venido en las cabinas, por encima del pabellón puente.

Bueno, esto de las luces, totalmente contraproducente si lo que buscamos es otro tipo de cliente. Un cliente ya más maduro, que busca más la privacidad y lo de poner un piso a la querida está fuera de sus posibilidades. Esta gente demanda ya un plus de servicio y calidad, aunque siempre a unos precios aquilatados.

Hablando de decoración y en un piso tipo de cuatro dormitorios, podrían decorarse temáticamente. Por ejemplo: la habitación rosa (paredes, ropa de cama de raso, luces rosas...) para los románticos, la oriental (tatami, paneles japoneses), la rústica (tipo casa aragonesa antigua, con su cadiera) y la habitación de los espejos (todo espejos y un ventilador en el techo para fantasear un poco). Todas ellas por supuesto con hilo musical, minibar, aire acondicionado y aisladas acústicamente.
Habría algún problema logístico; los vecinos igual se mosquean un poco con tanto trajín de gente, tanto sube y baja en el ascensor, pero bueno si se ponen muy pesados una pequeña gratificación ayuda bastante.
Se tendría que estudiar también el tema de las citas. Obviamente se crearía un página web, elrincondelamor.com, por ejemplo, en el que aparte de una visita virtual de las instalaciones se podría reservar habitación. Este tema sería importante cuidarlo mucho, no se van a juntar unas cuantas parejas en el rellano de la casa, preguntando quién lleva la vez, que eso parecería la carnicería o casi peor cuando se espera para que te atienda el médico en el centro de salud, que la gente va comentando sus dolencias, aquí no sé de qué se hablaría ... aunque igual surgían nuevos amores (que el mío me me ha dado plantón,... bueno pues ya que está pagada la habitación...)
En cuanto a las tarifas, se podría pagar por pareja, nada de por habitación, las fiestas en casa, y el negocio es muy decente. Mínimo una hora (como los móviles y los establecimientos de llamada) y a partir de ahí fracciones de quince minutos. Tampoco es cuestión de ponerles un reloj de estos que usan en las partidas de ajedrez, que los estresaríamos, pero sí que habría que controlar lo del tiempo. Es como cuando se alquila un pista de padel por ejemplo, si no viene nadie detrás te puedes quedar un rato más, pero si está alquilada... hay que desalojar.
Sin duda habría que hacer descuentos por fidelidad y a más horas menos precio. Seguro que habría parejas que les gustaría que su habitación fuera su segunda casa, que lo vieran como un hogar, pero sin el o la legítima. Pudieran poner la foto del querido/a, de los hijos, ... en la mesilla y alquilar todo el piso el último fin de semana de cada mes.
Para que no me persiga el cobrador del frac, ni la SGAE, los siguientes agradecimientos:
Segundamano.es y conversaciones varias.

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